BALANCE DE VIDA Y FLUJO DE CAJA CONSTANTE MIENTRAS EMPRENDEMOS
Cuando decidimos emprender entre otras cosas ganamos en nuestro nivel de balance de vida; siempre que seamos capaces de administrar nuestro tiempo y manejar el espacio entre la libertad y disciplina. Entender que necesitamos definir el rol que jugaremos en el emprendimiento y que siempre vamos a necesitar dedicar tiempo a planear y revisar nuestra estrategia a la vez que administramos; y que mientras nuestro negocio es pequeño, también proveer nuestros servicios, la relajación con los clientes o fabricar o gestionar nuestros productos.
Si queremos logran ese ansiado balance de vida y garantizar que nuestro flujo de caja se mantiene lo más estable posible a lo largo del año, se hace necesario tener claro dónde está nuestro negocio, cuál es el canal por el que le vamos a llegar a estos clientes y no desgastarnos en solo hacer el trabajo sin hacer esas paradas saludables para descansar, reconectar y estrategizar.
Un buen nivel de balance de vida también requiere ponernos a nosotros en primer lugar, conocer que cosas disfrutamos y asegurar que las hacemos con regularidad y que no necesitamos parar ni cerrar nuestros negocios por semana, para proveernos de esos espacios de descanso y distensión, sino que una tarde en la playa o unas horas compartiendo con buenos amigos o la familia, nos produce un efecto multiplicador y cuando nos energizamos somos capaces de producir mucho mejores resultados.