Muchas personas han pensado alguna vez que las cosas se podrían hacer mucho mejor, que nuestros directivos se equivocan muchas veces y que son responsables, en gran parte, de los inconvenientes que nos encontramos en nuestro trabajo cotidiano.
No es difícil plantearse qué podríamos hacer si nos encontráramos en su papel, sin embargo, ¿realmente hemos logrado adquirir las capacidades que nos permitirán ejercer de líderes en el tiempo?
Lo primero que debes hacer es determinar tu contribución a la organización, es decir, ¿qué ha aportado a la empresa desde que te incorporaste?
Al responder a esta pregunta te enfrentarás a lo siguiente: ¿qué más puedo aportar a la organización?
Tener claro qué más puedes aportar, además de establecer tu plan de acción, te permitirá evaluar qué posición quieres alcanzar.
Una vez que determines qué puesto quieres alcanzar, deberás empezar a dar los pasos necesarios para que te consideren para un ascenso.
Los siguientes pasos te convertirán en un candidato ideal para la promoción:
Ofrecerte a realizar tareas relacionadas con el puesto que deseas, tus aportaciones darán a tus superiores una idea de tu capacidad para ocuparte de áreas relacionadas.
Tomar la iniciativa de proponer ideas, dar soluciones o sugerencias para mejorar, te situará en una posición de liderazgo frente a tus compañeros.
Transmite a tu superior que estás preparado para un ascenso; no asumas que él lo sabrá al ver tus iniciativas.
Podrías conseguir un ascenso, si sigues algunos de estos consejos para trabajar tus competencias de liderazgo.
1.- Acepta tu responsabilidad
Todo líder es capaz de responsabilizarse de su propio equipo, de los objetivos, de los resultados, de la supervisión de la actuación de los demás, entre otras tareas.
A menudo se habla de que un mayor cargo implica siempre una mayor responsabilidad.
Aceptarlo implica ser consciente del trabajo y de los resultados, ya sean buenos o malos. Para un verdadero líder no es válido decir: ‘no me enteré’ ‘no me avisaron’ ‘tal individuo no realizó su labor’
Estos y otras expresiones que eluden la responsabilidad están prohibidas.
2.- Debes salir de tu zona de confort
Es imprescindible asumir riesgos y probar nuevos caminos para alcanzar un alto nivel de liderazgo. Los grandes líderes no se han distinguido por utilizar siempre la misma estrategia.
No es necesario ser un líder para poder empezar a asumir riesgos, comienza hoy mismo por aceptar ese proyecto que nadie desea afrontar o por aprenderse una tarea que implique un reto y una mayor dificultad.
3.- No te quedes en las palabras ¡Actúa!
Al estar con otros compañeros es sencillo comentar los errores y decir lo que podríamos hacer de forma distinta y cómo lo conseguiríamos.
No obstante, de nada sirve si no llevamos a cabo la iniciativa de aportar una nueva idea.
Con frecuencia el argumento que empleamos es que las cosas no cambian, que no vale la pena el esfuerzo o que nadie nos escucha.
La pregunta es ¿cuántas veces lo hemos intentado? La próxima vez que tengas una idea mejor para resolver un problema, comunícala.
Todo este tipo de gestiones demuestran tu dedicación a la organización y aportan un valor añadido para que tus superiores te tomen en consideración para un ascenso en un puesto de mayor relevancia.